¿Qué es y cómo tratar la costra láctea del bebe?
La costra láctea es el nombre que recibe la dermatitis seborreica cuando aparece en el cuero cabelludo de un bebé y provoca escamas de grasa y caspa persistente. Se trata de una alteración cutánea de carácter inflamatorio que se manifiesta como escamas amarillentas en áreas grasas como el cuero cabelludo, la parte trasera de las orejas o la cara, en forma de acné neonatal.
Aunque lleva el nombre «costra láctea», esta condición no está relacionada con la leche o la alimentación del bebé. Se denomina así porque aparece como una costra en bebés entre la segunda y décima semana de vida.
Esta condición en la piel afecta a muchos bebés recién nacidos pero suele ser inofensiva y no causa molestias ni incomodidad en los bebés, solo afecta a su apariencia física. A menudo se asocia con la actividad excesiva de las glándulas sebáceas y suele desaparecer por sí sola con el tiempo, aunque algunos cuidados como lavar suavemente el cuero cabelludo con champú suave y cepillar suavemente el cabello pueden ayudar a eliminar las escamas.
¿Por qué se forma la costra láctea?
Se piensa que la costra láctea se forma debido a un aumento en la producción de sebo en las glándulas sebáceas de la piel del bebé. Aunque no se conoce exactamente la causa precisa, se cree que esta condición puede estar relacionada con cambios hormonales en el bebé durante las primeras semanas de vida.
Los factores hormonales maternos transmitidos al bebé durante el embarazo pueden estimular las glándulas sebáceas del recién nacido, lo que conlleva a una producción excesiva de aceite o sebo en la piel. Este exceso de sebo puede acumularse en el cuero cabelludo, formando escamas grasosas que dan lugar a la costra láctea.
La costra láctea no se relaciona con alergias ni con falta de limpieza, y a pesar de que las escamas pueden lucir poco atractivas, no se contagian a otras personas.
¿Cuál es la causa de la costra láctea (dermatitis seborreica)?
Las causas exactas de la dermatitis seborreica no están claras. Sin embargo, se piensa que es debida a un cúmulo de factores, que incluyen desde la propia genética, hasta alteraciones de la actividad de las glándulas sebáceas e incluso hongos levaduriformes que habitan en estas glándulas como una levadura llamada Malassezia.
La actividad excesiva de las glándulas sebáceas resulta en una mayor producción de sebo, y la presencia de la levadura Malassezia en la piel del bebé puede desencadenar una reacción inflamatoria. Además, el sistema inmunológico del bebé, que aún está en desarrollo, puede responder de manera exagerada a estos factores, lo que contribuye a la inflamación y la formación de las costras amarillentas o escamosas en el cuero cabelludo del bebé.
Aunque la costra láctea puede ser molesta y preocupante para los padres, generalmente no causa picazón ni molestias al bebé y tiende a desaparecer por sí sola con el tiempo. Sin embargo, en algunos casos, el pediatra puede recomendar tratamientos suaves, como el uso de aceites suaves o champús especiales, para ayudar a aflojar las costras y facilitar su eliminación.
¿Quién la padece?
La dermatitis seborreica es muy frecuente, afecta al 3% de la población, siendo más frecuente en niños en lactancia materna, donde afecta clásicamente al cuero cabelludo denominándose costra láctea.
¿Cuáles son los signos y los síntomas de la costra láctea (dermatitis seborreica)?
La dermatitis seborreica afecta a varias zonas. Se pueden observar escamas con costras, de tonos amarillos o blancos, que se presentan en el cuero cabelludo, la frente, párpados, cejas, orejas y alrededor de la nariz. En casos más severos, estas escamas pueden expandirse hacia el cuello, tronco y otros pliegues del cuerpo, como las axilas, ombligo, ingle y especialmente en el área del pañal.
Los síntomas incluyen lesiones escamosas en la piel, caspa blanca, cuero cabelludo descamativo y pegajoso, picazón y en algunos casos enrojecimiento de la zona afectada. Estos síntomas se agravan si existe una infección. En bebés más grandes, podría ocurrir que se rasquen, lo que aumenta el riesgo de infecciones.
¿Cómo se diagnostica la costra láctea?
Por lo general, el diagnóstico de la costra láctea se realiza mediante la observación clínica. El pediatra suele identificar la condición examinando las áreas afectadas en el cuero cabelludo o en otras partes del cuerpo donde se presenten las escamas grasosas y las costras típicas de la dermatitis seborreica infantil.
En casos más complejos o si hay dudas sobre la condición, el médico puede realizar el diagnóstico diferencial para descartar otras afecciones cutáneas similares. En general, no se requieren pruebas específicas para diagnosticar la costra láctea, ya que su aspecto y ubicación característicos suelen ser suficientes para identificarla.
¿Cómo se trata la costra láctea?
El tratamiento de la costra láctea suele incluir métodos suaves para controlar y reducir la aparición de las escamas grasosas en el cuero cabelludo o en otras áreas afectadas. Algunas estrategias comunes son:
- Lavado suave: Utilizar champús suaves específicos para bebés y lavar suavemente el cuero cabelludo con agua tibia de forma muy suave hasta que aparezca espuma para eliminar las escamas.
- Cepillado delicado: Usar un cepillo suave para peinar el cabello del bebé con movimientos suaves para eliminar las escamas.
- No rascar ni intentar eliminar las costras, ya que esto puede irritar la piel del bebé y provocar infecciones. La costra láctea suele desaparecer sola con el tiempo.
- Prevenir el exceso de sudoración
- Evita exponer al bebé a condiciones climáticas como viento, frío intenso o sol fuerte.
- Antes y después de aplicar estos cuidados, lávate las manos con agua tibia y jabón. No temas hacer daño al tocar las zonas blandas de la cabeza del bebé, conocidas como fontanelas. Frotar o cepillar estas áreas suavemente no causará daño al bebé.
En cuanto a los champús que ayudan a mejorar los síntomas, estos deben reducir el exceso de sebo y tener propiedades calmantes.
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¿Cuándo debo acudir al pediatra?
Si llevando a cabo una higiene con productos adecuados y siguiendo los consejos para manejar la costra láctea, esta no desaparece o empeora, será necesario consultar con el pediatra o dermatólogo.
Algunos signos de empeoramiento pueden ser la supuración de alguna de las escamas, cambio de color a oscuro de las costras, inflamación o dolor.